Las imágenes con las cuales los informativos nos cuentan el final de un mar enfermo, preñado de peces muertos, no se corresponde con mis recuerdos de la infancia, en aquel mar que yo recuerdo abundaba la vida, vivía gran cantidad de especies submarinas, tenía un rico ecosistema, en resumen, era un mar con vida, un mar con alma.
Era martes, como todo los martes de verano, nos levantábamos muy temprano, antes que saliera el sol, la abuela nos esperaba ya en el Convento cerca del autobús, ya había comprado las ensaimadas para el camino. Recuerdo el movimiento del autobús, la música de Manolo Escobar y las risas de la gente, la mayoría de ellos pensionistas. Recuerdo lo largo que se hacia el viaje desde Cieza hasta las Islas Menores, siempre íbamos allí, a los mayores que organizaban el viaje les encantaba esa playa, con sus palmeras, su brisa fresca y sus calmadas aguas.
Recuerdo que salíamos de estampida cuando el chófer paraba, para que nuestras abuelas tuvieran las palmeras deseadas. Ya instalados cada uno en la palmera que por unas horas sería nuestro cobijo del sol, me acercaba a la orilla de ese mar tranquilo de aguas transparentes, esas aguas que no estaban muy frías ni siquiera a primera hora de la mañana, recuerdo la sensación de libertad cuando me adentraba en aquellas aguas cristalinas y muy saladas, iba despacito disfrutando de ese momento único, sabiendo que entraba en la morada de berberechos, caballitos de mar e incluso doradas, era inmensa la fauna que allí habitaba.
Durante muchos años pude disfrutar cada martes en verano de ese pedacito de paraíso que por suerte nos tocó a los murcianos, un paraíso con un rico ecosistema y una belleza infinita, todo esto, pertenece al pasado, y si nadie lo remedia nunca volverá a ser como yo lo conocí de niña, poco a poco se va ahogando, sin que los responsables de proteger lo de todos los murcianos y murcianas hagan algo, ya no existirá el esplendor y la grandeza de ese mar que yo amé, por eso les cuento a las generaciones venideras mis recuerdos de aquel mar que fue tan bello pero no pudo ser eterno.
