Aunque el dogma de la Inmaculada es proclamado por el papa Pío XI a mediados del siglo XIX, en España se celebra desde al menos el siglo XVII, quizás desde el 1.644. La Santísima Virgen María estuvo libre de pecado desde el mismo momento de su nacimiento, libre de todo pecado, incluso del original. Fue el primer sagrario que llevó dentro de su vientre "al que no cabe en el universo", al mismo Hijo de Dios.

En España, esta fiesta está relacionada desde su nacimiento con un carácter bélico, suceso que aconteció entre el 7 y el 8 de diciembre del 1.585 en Empel, un sitio de los Países Bajos a raíz del cual la Virgen en su Inmaculada Concepción fue proclamada Patrona de los Tercios Españoles, actual infantería española, la más antigua del mundo.

Es también Patrona del Reino de España. Dice la tradición que el 7 de diciembre de 1.585 el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla compuesto por unos cinco mil españoles combatía durante la Guerra de los Ocheta Años en la isla de Bonmel, concretamente en el monte de Empel. Los españoles se enfrentaban a sus enemigos en condiciones muy adversas, pues además del estrechamiento del cerco faltaban víveres y demás. Un soldado español se encontró con una imagen de la Virgen mientras cavaba una zanja, una tabla flamenca que reflejaba la Inmaculada Concepción de la Stma. Virgen. El ejército improvisó un altar colocando la tabla de la Virgen y se pasaron toda la noche rezando.

Al día siguiente, el agua del río Mosa se había congelado gracias a un viento inusual y tremendamente frío que sopló por la noche. Gracias a ello, las tropas españolas pudieron escapar de aquel lugar y atacaron por sorpresa a sus enemigos obteniendo la victoria que se les antojaba imposible en aquellas circunstancias de frío, hambre y falta de tesón.

Desde ese año de 1.585, la Inmaculada Concepción fue proclamada Patrona de los Tercios de Flandes e Italia, celebrándose en España desde el año 1.644. Esta festividad no fue declarada por el Vaticano hasta el año 1.854 cuando Pío IX declaró el dogma de la Inmaculada Concepción. Fue España la nación que más trabajó para que el dogma de la Inmaculada fuera proclamado desde siglos atrás. Desde el mismo pueblo llano, al ejército, universidades, asociaciones y la misma Casa Real de España fueron durante siglos valedores tenaces para conseguir este fin.

El dogma de la Inmaculada se proclamó en el año 1.854, y el ocho de diciembre del año 1.857 se bendecía el famoso monumento a la Inmaculada erigido en Roma delante de la Embajada de España ante la Santa Sede, en la Plaza de España. Como reconocimiento al gran papel de España en este tema, Pío IX concedió a los sacerdotes españoles el privilegio que puedan vestir de azul celeste en las misas de esta festividad solemne de la Virgen, así como también el Viernes de Dolores, premiando a todos los españoles como "Tierra de María", devoción que el pueblo español siempre ha demostrado a la figura de la Madre de Dios en todos los rincones del Reino de España y la defensa durante siglos de la Inmaculada Concepción de la Stma. Virgen María.

En Murcia, en la Plaza de Santa Catalina, se erige un maravilloso monumento a la Inmaculada Concepción realizado por el escultor de Aljucer Juan González Moreno donde todos los años se ofrecen flores por parte de las cofradías, cabildo catedralicio, asociaciones, las tunas de Murcia y el pueblo que demuestran así su especial cariño a la figura de la Virgen, que además es Patrona de muchos pueblos de la Región de Murcia como es el caso de Yecla, Mazarrón y El Palmar.

En Cieza esta advocación de la Virgen es Patrona del Convento de Clarisas de Cieza y de toda la Orden Franciscana, tenía también una hermosa talla de la Inmaculada el Convento de San Joaquín de Cieza, desaparecida en el 36, y una hornacina callejera en el casco antiguo de Cieza donde los soldados ciezanos iban cada 8 de diciembre a homenajear a la Señora y buscar su protección antes de irse al servicio militar o a alguna misión especial.

España ya lo dijo San Juan Pablo II, ha sido, es y será "TIERRA DE MARÍA", allá donde vayamos veremos una devoción exquisita, especial de años hacia la Madre de Cristo, la Virgen María.