Esperad, no me linchéis todavía. Dejad que me explique. En España tenemos casi más aeropuertos que aviones. Y casi más trenes AVE que de cercanías. Y de rotondas con estatuas andamos sobrados, sobradísimos. Y autopistas que no tienen tráfico o no llegan a ninguna parte las que usted quiera, oiga.
Y ahora, en serio. Bueno, no hace falta, porque aunque un poco exageradas mis afirmaciones no se alejan demasiado de la realidad. Resulta que el martes pasado se inauguró a bombo y platillo el “aeropuerto increíble”, aquel para cuya construcción se dañó gravemente el presupuesto regional (que para no variar ha sido el pagano de la broma, que ni hubo ni habrá colaboración de la empresa privada) y cuya puesta en servicio se anunció tantas veces en los últimos años que al final nadie se lo creía. Jefes de Estado, presidentes autonómicos y otros VIPS acudieron a la inauguración que, sin embargo, no ha sido tan fastuosa como sin duda imaginó en su día el padre de la idea, el expresidente Valcárcel. La cuestión es, ¿necesitábamos este aeropuerto?
Las opiniones al respecto son diversas. Pero como todo en esta vida el tener datos sobre el tema sería muy conveniente para opinar con fundamento. Vamos a verlos.
Lo primero, el coste. ¿Cuánto nos ha costado el aeródromo de Corvera? No tenemos ni idea. Sólo conocemos algunos datos sobre el coste que ha supuesto mantenerlo mientras, tras su finalización a principios de 2012, permaneció cerrado. Hasta 2016 este vacío aeropuerto se tragó 30 millones de euros del contribuyente, que probablemente se multiplicaron en los años posteriores. En cuanto a la construcción en sí la antigua concesionaria de la misma, Aeromur, afirmaba que levantar el aeropuerto le había costado cerca de 300 millones de euros, a los que hay que sumar otras partidas también millonarias. Además la comunidad autónoma se ve obligada a pagar los intereses del aval ejecutado tras los problemas entre la concesionaria y la CARM, unos 16 millones desde 2013. Por su parte SACYR, la empresa constructora de Corvera, reclama casi 520 millones de euros a la Región de Murcia por la expropiación del aeropuerto. Cifras que en general marean, pero cuyo total desconocemos porque el gobierno regional no lo ha hecho público a pesar de que varias formaciones políticas y asociaciones ciudadanas lo han solicitado.
Lo segundo: ya teníamos aeropuerto, el de San Javier. Un aeropuerto militar que, tras su ampliación finalizada en 2011, se constituyó como un completo aeródromo civil capaz de sobra de acoger todo el tráfico de pasajeros con destino a nuestras áreas turísticas. Incluso con un exceso de capacidad para acoger futuros aumentos del tráfico aéreo, hasta el punto de que según los expertos sólo se utilizaba un 35% de su capacidad. Pero a un líder político que todos conocéis se le ocurrió que sería buena idea tirar a la basura los casi setenta millones de euros invertidos en San Javier, cerrar la terminal civil de este y construir uno nuevecito a la mayor gloria suya. Siempre que lo pagásemos nosotros, claro.
Tercer dato: según los expertos Corvera no tiene garantizada una actividad suficiente para no resultar un fardo para la empresa explotadora, AENA, y tampoco ofrece a la Región conectividad con otras partes del país, como es el caso de Barcelona o Madrid.
¿Puede resultar favorable para la Región de Murcia el inicio de la actividad del aeropuerto de Corvera? Sin duda. Pero me temo que mucho menos de lo que afirman las autoridades regionales, ya que buena parte de ese efecto positivo se va a diluir con el cese de la actividad del aeropuerto de San Javier, al que sustituye. Los millones de euros que el gobierno regional asegura que va a traer Corvera resultan tan increíbles como la cantidad de veces que se anunció por el propio gobierno la apertura del mismo sin que llegase a realizarse.
Ya sólo nos falta que llegue el AVE, que encima competirá con Corvera en los viajes a media distancia. Eso sí, mientras tanto nuestras líneas de cercanías o bien desaparecen o bien se derrumban por la falta de mantenimiento que hace que este servicio básico sea cada día de menor calidad. Porque da la impresión de que a los gobiernos central y autonómico lo que más les importa es la infraestructura megalómana que poder inaugurar con pompa y boato, ya que estoy seguro de que piensan que así conseguirán unos cuantos votos. Aunque se equivocan: conseguirían muchos más si, gastando mucho menos, mejoraran esos servicios básicos y fundamentales que muchísimos ciudadanos utilizan día sí y día también, pero que no son tan espectaculares.
Puestos a pedir, me gustaría que en Murcia tuviésemos una base de lanzamiento de cohetes espaciales. Que lo de las estrellas sí que es muy, muy nuestro (y sin ánimo de hacer publicidad).
