Hablo del abandono de animales, de mascotas, que desgraciadamente no se reduce en nuestro país. Estamos a la cabeza de Europa en el lamentable ranking del abandono de animales de compañía, lo cual no dice nada bueno de nosotros. Muchos españoles compran u obtienen una mascota sin pensar en las responsabilidades que conlleva el cuidado de un ser vivo y la convivencia con nuestras familias, y rápidamente los abandonan a su suerte. Ya he hablado de ello en otras ocasiones: nuestras mascotas, en especial perros y gatos, no sólo dependen absolutamente de nosotros, sino que nos profesan un cariño, un amor, absoluto y sin condiciones. Personas a las que no voy a calificar porque no tienen calificación las abandonan, las dejan tiradas, las eliminan de sus vidas como si fuesen peluches rotos o desgastados. Las mascotas vagan entonces buscando a sus amos, a los que siguen adorando a pesar de todo, y no los encuentran. No saben ni pueden procurarse comida y cobijo, por lo que su muerte es cuestión de tiempo. Una muerte triste la del abandono, la de la soledad, la del animal desvalido.
Afortunadamente siempre existen almas caritativas que intentan paliar esta situación. Varias asociaciones en Cieza, con los escasos medios con los que cuentan, recogen y albergan a perros y gatos abandonados y logran en muchas ocasiones que otras personas adopten a estas mascotas que lo habían perdido todo, ofreciéndoles una segunda oportunidad. También ha existido desde hace mucho tiempo un servicio municipal que se encarga de la recogida de animales abandonados y gestiona también adopciones.
El problema es que este servicio se ha privatizado mediante la concesión a empresas que, hay que decirlo, carecen en algunos casos de escrúpulos y que buscan única y exclusivamente el beneficio económico. Y para obtener y acrecentar ese beneficio las concesionarias (no todas, en realidad) han recurrido al sacrificio de los animales después de un tiempo, nunca demasiado largo, de haber sido recogidos sin que nadie los reclame o rescate. No me atrevo a dar cifras, pero muchas mascotas han visto como al infortunio sufrido con el abandono se sumaba una rápida ejecución. Triste destino el suyo.
Pero parece que los vientos cambian. El trabajo encomiable de las asociaciones protectoras de animales, de los grupos locales de rescate de mascotas abandonadas, el cada vez mayor número de propietarios de animales de compañía responsables de sus pequeños amigos, todo ello empuja en la misma dirección: un mayor respeto hacia los animales, un trato, por así decirlo, más humanitario hacia ellos.
Habrá quien diga: las personas primero. Y tienen razón. Pero, por suerte, nuestro país es lo suficientemente rico y avanzado para que haya recursos para todos. Y es signo de civilización, de avance, dar un trato digno a quienes nos acompañan y quieren sin pedir nada a cambio. En los últimos meses incluso la política se está ocupando del tema. La Comunidad Autónoma trabaja ya en hacer de Murcia una región con sacrificio cero. El Ayuntamiento de Cieza, en los pliegos de condiciones para adjudicar el servicio de recogida de animales abandonados, pone como condición indispensable el sacrificio cero de las mascotas para adjudicarlo a un concesionario. Vamos por el buen camino. Pero no estaría de más, y más bien sería muy conveniente, que el Ayuntamiento de Cieza, en el que están representados todos sus vecinos y vecinas, declarase de forma solemne y por unanimidad que nuestra ciudad, nuestro municipio, está libre de sacrificio de animales recogidos en sus refugios y asociaciones. De hecho sería un orgullo y una gran satisfacción para muchos de nosotros que nuestro Ayuntamiento así lo hiciera.
Señores políticos: les ruego que así lo hagan, por el bien de tantas y tantas mascotas abandonadas y por el de nuestra propia conciencia.
