Al mismo tiempo los servicios de limpieza están redoblando sus esfuerzos para lograr este loable objetivo y que nuestra ciudad deje de impactar a quienes nos locales y visitantes por la suciedad de sus calles.

A mí me parece perfecto. Ya sé que a alguna formación política quizá no tanto, pero la campaña es original, al estilo del gran hermano orwelliano, con fotografías de jóvenes que riñen a quienes ensucian o unos carteles en los que se avisa de la distancia en metros a la papelera más cercana. Todo ello acompañado de una mayor presencia de vehículos y operarios de limpieza en las calles.

#TeVen. Así se llama la campaña. La cuestión es: ¿funcionará? Puede que, y ojalá sea así, esta vez sí. Porque además de una campaña de concienciación, de reorganización y aumento de los efectivos de limpieza y de la zonificación del área urbana para mejorar el servicio, se contemplan medidas ciertamente contundentes. Ya lo ha dicho el alcalde de la ciudad, Pascual Lucas: “es una campaña exigente para los vecinos, ya que sin su colaboración y cumplimiento de las normas el objetivo no se podrá conseguir”. Y ahí está el quid de la cuestión. En que los vecinos colaboren.

Y es que en Cieza prácticamente todas las corporaciones locales de todo signo político han desarrollado campañas de este tipo. Con resultados dispares, aunque con un final similar: pronto se olvidaron las llamadas al civismo y el cuidado de las calles y la suciedad volvió a ser norma. La cuestión es que a corto plazo se consiguieron algunos resultados, pero a medio y largo todo quedó igual que antes. Sin embargo el actual plan tiene una diferencia fundamental con la mayoría de los anteriores: si fallan las buenas palabras se pasa a los hechos.

Voy a explicarlo con claridad: hay una normativa sobre la limpieza diaria y la recogida y reciclaje de deshechos. Su incumplimiento deja nuestras calles convertidas poco menos que en estercoleros. Y, como es de rigor, el incumplimiento de las normas debe ser castigado. No como medida de represalia ni como forma de recaudar, sino para que los infractores vean que no es gratuito dicho incumplimiento y comprendan, aunque sea de forma punitiva, que deben cuidar la limpieza de sus (que también son suyas) calles.

Y así la campaña #TeVen prevé, además del aumento de medios técnicos y humanos y de la sensibilización de los ciudadanos, medidas que, a mi modo de ver, pueden resultar sumamente efectivas. La primera, la instalación de cámaras en lugares sensibles para registrar el incumplimiento de las normas de limpieza. Que quien ensucie quede registrado para que no pueda negar que lo ha hecho. Igualmente se ha creado una brigada de policía local encargada de vigilar el cumplimiento de la normativa. Y, es de suponer, todo ello redundará en sanciones económicas a quienes ensucien las calles.

Igualmente se prevén actuaciones para paliar una de las peores características de las calles de Cieza: la omnipresencia de deposiciones de perros cuyos dueños, discúlpenme la licencia, son unos auténticos guarros. Resulta vergonzoso caminar por nuestras calles con algún visitante foráneo y tener que ir esquivando los detritus caninos, además de constituir un problema sanitario real y dar a nuestras calles y a nuestra ciudad una imagen pésima. La campaña prevé actualizar el registro de mascotas para poder así vigilar y controlar mejor a sus dueños, y sancionar el incumplimiento de la normativa por su parte.

Y este rigor en hacer cumplir las normas de limpieza viaria es el que puede marcar la diferencia con respecto a anteriores campañas. Porque, lamentablemente, el civismo de muchos de nuestros conciudadanos es escaso, y en demasiadas ocasiones inexistente. Y sin su colaboración deberemos todos seguir sufriendo la suciedad que ellos generan, y ser considerados como incívicos por quienes nos visiten o por quienes conozcan nuestra ciudad. Y queremos (eso creo, al menos) una ciudad limpia, saludable, que no impresione al viandante por su suciedad, sino por todo lo contrario. Y si es necesario sancionar a quienes ensucian para que aprendan a no hacerlo, pues bienvenidas las sanciones.

Y es que Cieza rima con limpieza. Hagamos entre todos que la rima se convierta en la realidad de nuestras calles.