El artículo decía así: Habría una manera de entender esta expresión (políticos por oposición) en el sentido de que hay profesionales de la oposición política, que llevan –incombustibles, incansables- décadas en la labor, erosionando al poder establecido e intentando minar su credibilidad hasta lograr su desgaste y su caída, para reemplazarlo después, aunque ese después parece no llegar nunca y se eternizan en la oposición, algo que reporta escasas satisfacciones pero que tampoco desgasta demasiado. Y duran…y duran…y duran…
Hay otra manera de entender la expresión esta de políticos por oposición, refiriéndola a que hay también políticos que, estando en el poder, fundamentan su acción política en la oposición sistemática a poderes de mayor calado y nivel: es el caso de los Ayuntamientos…concejales y alcalde, frente a las instancias de gobierno regional, autonómico o nacional; de los autonómicos frente al nacional, y de este último frente a instancias supranacionales. Generalmente, en estos casos estos políticos por oposición encuentran la coartada justificativa de sus incumplimientos, insuficiencias y fracasos como gestores y como políticos, en los incumplimientos, insuficiencias, fracasos y falta de apoyo de las instancias superiores, lo que en definitiva no es sino una forma de sustraerse a su responsabilidad. Por eso, tampoco se van, porque los culpables de que no puedan hacer feliz a la gente, siempre son otros. Y ellos duran…y duran…y duran…
Otra manera de entender la expresión sería la de políticos por oposición a o frente a los que no lo son, aunque esto es imposible porque el que dice de sí mismo que no es político, miente, ya que la política está incrustada hasta la médula en la naturaleza propia de cada ser humano por el hecho de serlo…no descubro nada nuevo diciéndolo. Es especie en crecimiento desmadrado motivado por las altísimas tasas de decepción generadas por la clase política en ejercicio, sea ejercicio de la oposición, o del poder ejercido desde la oposición frente a instancias más altas de la política.
Y, aunque habría muchas más interpretaciones de la expresión “políticos por oposición”, termino por hoy con una cuarta, relacionada con la idea que Platón y también los ilustrados tenían del poder, en el sentido de que debía ser ejercido por los mejores, y, claro, ¿cómo elegimos a los mejores?¿Con consultas en las urnas en listas cerradas como venimos haciendo desde que la democracia existe en España, que dicen que es poco tiempo y que tenemos “complejo de joven democracia”, pero que aun siendo joven le ha dado tiempo a prostituirse y corromperse prematuramente?...¿O deberíamos elegirlos más bien por oposición libre y concursos de méritos con todas las garantías de publicidad, atendiendo a la trayectoria intachable, a la contrastada capacidad e inteligencia y a la probada honradez, en selección rigurosa realizada por comisiones de aristócratas de la sensibilidad, la ética y el raciocinio (entre los cuales podría haber muchos políticos ya veteranos, seleccionados en su día por idéntico procedimiento) que integrarían un Senado de sabios que, a cambio simplemente de un modesto suplemento económico que redondeara sus pensiones de la Seguridad Social, relegaría al olvido el absurdo, carísimo e inútil Senado actual de calientaescaños y barrigas agradecidas, adornados de ridículo e inútil pinganillo polígloto que vale, él solito, 350.000 euros al año? Fíjense hasta qué punto está arraigada la conciencia de la inutilidad de este órgano que en redes sociales circula desde hace tiempo este “fake” informativo: “Según investigaciones llevadas a cabo por la policía, los forenses creen que la mitad de los miembros-miembras-miembres del Senado podrían estar vivos.-efe.
Hasta aquí el repertorio de la fauna politiquera tal y como lo recogía en la primera edición de este artículo, hace ya bastantes años, pero, desde entonces, ha surgido imparable- flor granada alilada de los últimos tiempos de crisis y redentora charlatanería- otra especie de políticos: la de los estudiantes de Ciencias Políticas (sin oposición) metidos a políticos: es el caso de los Iglesias, Monedero, Errejón, Bescansa y un largo etcétera que ya viven del cuento de Maricastaña y de darle incansablemente a la sin hueso; comen, beben, viajan y disfrutan generosamente de una buena y regalada vida prometiendo el Paraíso...eso sí, terrenal. Se desconoce aún cuál pueda ser el resultado de su andadura pero hay que reconocerles que, por el momento, ¿verdad?, son la esperanza de los pobres.
De cualquier modo, está claro que la democracia es un sistema cuya última justificación pasa por las urnas, si bien en listas abiertas y sin trampa – ni cartón- para que se presente quien quiera, riguroso concurso de méritos y entrevista a fondo con los candidatos, para desterrar de la política a los tontos del culo (Mas), a los tontos de capirote (Mas), a los tontos del bote (Mas), o, simplemente, a los tontos…(que mira que hay legión, capitaneada desde el número 4 por Artur Mas y Mas y Mas), que aprovecharon el corrupto clan endogámico y mafioso para auparse a la cima sin control. Y que no se van…y duran…y duran…y duran…
Por eso, lo dicho: políticos, sí… por oposición.
