Pero la condición humana dicta las cosas de otra manera. Me sorprende que, a estas alturas de tu vida, te sorprenda a ti el resultado electoral ciezano (coincidimos también en la -siempre relativa- sorpresa). Y que haya quedado en el dique seco una persona cuerda, sensata y luchadora por los intereses de este desagradecido pueblo. Pero quizás esto sea lo más natural que el mundo regala a aquellos que se implican hasta las cejas por el bien de los demás. En esto de la política, como en otras actividades humanas, me temo que sólo tienes dos caminos: o comprometerte hasta el tuétano y dejarte la piel o dejarlo correr. Y ya que mencionas al bueno de Churchill, que todo lo había dado cuando todo estaba perdido, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando acabó la contienda y se presentó a primer Ministro en las elecciones de postguerra, los suyos le dieron “p´al” pelo, y del bueno, mostrando un caínismo britano que en nada tiene que envidiar al hispano, jubilándolo prematuramente de la política. Y ya que estamos hablando de la Britania, qué decir de la cándida estupidez de Cameron, que hizo buena aquella sentencia del genial Groucho Marx sobre que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Y así está a punto de mandar a la Pérfida Albión a un callejón sin salida (airosa, el menos, para sus intereses) con el Brexit de los cojones. Ya decía el autor de la Teoría de la Estupidez, Carlo María Cipolla, eso de que el número de necios en el mundo, a pesar de lo que uno pueda llegar a pensar, es numeroso, pero finito (discrepo en eso, querido contertulio guasapero. Finito será en sincrónico corte, pero se reproducen sin cesar y crecen –incansables- como maléfica, avasalladora y omnipresente plaga. En la práctica, y de hecho, innumerables y cuasi infinitos son). Y sólo se requiere que los seres inteligentes se queden en casa, o se vayan a la playa, o al campo, que es más cotidiano, familiar y nuestro por estos lares, el día del sufragio universal, para que nos enteremos bien entrada la noche de aberraciones electorales como las que te sorprenden ahora. Así que, tranquilo, Bartolomé, disfruta de tus paseos y deja las decisiones sin sentido que toma el pueblo para que las analicen los expertos que, como decía aquél, son aquellos que saben tanto sobre tan poco…que al final saben demasiado y nada saben. Un abrazo”.
Bien. Pues, ahora, después de la sorpresa, viene la mirada hacia el futuro, un futuro hecho en buena medida de pasado, porque en la Corporación Municipal ciezana que se constituirá a partir del próximo 15 de Junio, se ha reducido la presencia de opciones políticas diferenciadas, y se ha pasado de seis (PSOE, P.P., Izquierda Unida, Podemos, Ciudadanos y CCCi) a cinco (PSOE, P.P., IzquierdaUnida, Ciudadanos, Vox), si bien ninguna de esas opciones ha alcanzado los once concejales que otorgan la mayoría absoluta, aunque el PSOE ha obtenido una rotunda victoria como hacía tiempo no alcanzaba, duplicando en número de concejales (10) al segundo partido en liza, el P.P. (5) en una especie de resurrección de bipartidismo descompensado. El PSOE puede intentar configurar un Equipo de Gobierno en solitario, ya que no hay fuerza suficiente en la oposición para desestabilizarlo. Sin embargo, visto cómo ha funcionado el tripartito que ha estado al frente del Ayuntamiento de Cieza desde el año 2015, sería injusto que Pascual Lucas Díaz, a quien felicito por su segura reelección como alcalde de Cieza para los próximos cuatro años, se olvidara completamente ahora de quienes han sido pata de banco firme y consistente de su Equipo de Gobierno hasta ayer mismo: Izquierda Unida/Verdes y, en particular, su concejal Francisco Saorín Rodríguez, incansable batallador en la formidable y desabrida empresa de luchar contra las mierdas, las pestes, y otros proverbiales estropicios de esta tribu sin remedio de los ciezanos, que, en el fondo, muy en el fondo, son sin embargo buena gente. Paco Saorín y los suyos (se quiera reconocer o no) han supuesto un plus de credibilidad y un aporte significativo en el bagaje de logros positivos que los ciudadanos han acabado introduciendo en la bolsa-serón del PSOE, pero que no son sólo mérito suyo. Cieza no puede permitirse el lujo de prescindir de un concejal tan eficaz y tan trabajador como Francisco Saorín Rodríguez. Esperemos que la suya no se sume a las pérdidas que se produjeron el pasado 26 de Mayo, y que yo (ya lo saben ustedes) aún sigo lamentando.
