Empezando en su día por el mismísimo Tarradellas, cuyo discurso más largo (y memorable, oh sí, señor honorable) fue decir aquello de “Ya soc aquí” (Bueno, ¿y qué? Uno más que vino a vivir del cuento…), siguiendo después con Pujol, que vivió siempre del cuento del 3% y más (sí, también Más, Don Artur, que no te hemos olvidado...más quisieras), continuando con Pascual Maragall, que inició la saga de tontos útiles psoeístas (que desgraciadamente son legión desde hace tiempo), entre los que se significó, y no para bien, el charnego Montilla (más español que el ídem) junto a Josep Lluis Carod Rovira (con quien llegamos a pensar en su día que el esperpento político catalán había tocado fondo… qué equivocados estábamos), el oso de peluche Oriol Junqueras (el caso es que este tío sigue teniendo buena prensa y dicen de él que es una excelente persona, y hasta cristiano y todo, como si eso fuera patente o garantía de bondad, no sé, pero yo no lo tengo tan claro), Carme Forcadell (cínica, mentirosa, cobarde y falsa, además de repelente), Neus Munté (disimulada y acomodaticia voz de su amo), Elsa Artadi (apariencia dinámica y progre de chica anuncio de gafas modernas en fondo rancio de niña bien), y siguiendo con Carles Puigdemont, el apayasado fantasma ausente-presente del esperpento catalán, y, claro está, la interminable colección de Jordis, Sánchez, Cuixart, Turull (ya verán cómo acaba saliendo algún “Zurull”, zurullo…de mierda, claro), y acabando, sólo por el momento, en el inefable Quim (que se llama Joaquín, vamos…) Torras (que torrao y empanao parece que esté…tan grande, tan mayor y tan gilipollas, o simplemente imbécil, como esta semana decía de él muy ajustadamente, y con toda propiedad, Joaquín Leguina, y por mucho que lo acaben de elegir los señores de la CUP, señor, señor, otro esperpento, como molt honorable efímero president, designado por el fugado Puigdemont, que se resiste a caer y que fue a su vez designado por Mas ¿Hay quien entienda esto?) ¿Quousque tándem, Catalonia, abutere patientiam nostram?

Señor Quim, con perdón… los españoles tenemos derecho –creo- todo el derecho (por nuestra historia y nuestros muertos) a defendernos, y a defender lo nuestro, en medio de tanta bajeza moral, incongruencia mental, insolidario despropósito y mentirosas ruindades. Y Cataluña es predio mostrenco (eso lo comprobamos día sí y otro también) y común, que no digo que no sea vuestro, pero que es –también y desde luego- nuestro, y aunque tengamos un presidente algo pusilánime y tonteras, no penséis que nos lo vamos a dejar arrebatar así, por la cara dura que le estáis echando y el cinismo que estáis poniendo en esta refriega. Francamente, los españoles y españolas de a pie jamás pensamos que el envite y esquizofrénica locura independentista fuera a llegar tan lejos como está llegando, dinamitando todos los puentes y vías de posible entendimiento en el seno de la propia sociedad catalana y entre ésta y el resto de España. Han liquidado el seny y Cataluña y los catalanes nunca volverán a ser lo que eran. Pero Cataluña sigue siendo nuestra.

También hay que preguntarse de qué chistera habrán salido los triunfitos tonticos Alfred y Amaia (como la abeja) que tienen por libro de cabecera su “España de mierda” (que sí que lo es por tenerlos a ellos dentro y en nómina, bien alimentados…bien pagados…bien entontecidos), convertidos en carísimo hazmerreír de Europa entera con su pose empalagosamente falsa y cursilona que les permite tejer, en un intelectualmente paupérrimo contexto social de población descerebrada, su circunstancial, ridículo y anodino love story, quizá para propio autoconsumo, aunque yo pienso que ni ellos, en el fondo, se lo acaban de creer.

Así que, sí…habría que preguntarse si cabe algún imbécil más (aparte de Quim Torras) en el tranvía de la política catalana. La respuesta (atendiendo a la prolífica multiplicación incontrolada de la subespecie invasora del imbécil catalán) es que seguro que sí, porque son todos los que están, pero no están todos los que son. Al penúltimo llegado al circo, al Torras, la sangre en el cerebro le circula con anormal lentitud…Por no hablar del otro esperpento de la alcaldesa de pueblo empeñada en espantar visitas, que sólo es superable por la insensatez del presidente de un parlamento que lleva unos cuantos meses comiendo la sopa boba y sólo atento a las musarañas, sin dar un palo al agua. Y es que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. A poco que se pusiera el dedo en la llaga inteligentemente en todo aquello que los separa y diferencia a los del bloque independentista y se neutralizara a los charnegos…la batalla y la guerra estarían definitivamente ganadas… Pero no, ya no caben más cretinos bajo la carpa plantada por un nacionalismo de calçots y botifarra que no sabe por dónde empezar a devolver lo ingerido. Así que sí…hoy me sale de los collons terminar diciendo ¡viva España!…Una…Grande y…Libre…o Lliure, como Catalonia….que ni sabe ni puede digerir su propio invento de una independencia imposible. Entiéndanlo, que aún se les dice, se les está diciendo, una y otra vez, por las buenas y soltando una hemorragia de billetes … Dejen ya de dar la matraca porque la independencia de Catalonia es –como la de Geronia o la de Tabarnia- I M P O S I B L E.

P.D. Me están desquiciando ya, la verdad…y aunque yo soy único, hay muchos únicos como yo…