No necesitamos una noche para dejar claro que tenemos una ciudad llena de monumentos y de obras de arte. Cuando nos acercamos por la autovía nos recibe el monumento natural de la Atalaya, ahí es ná, y conforme entramos vemos el ídolo de la Serreta o la bailarina de los Grajos.
En nuestras calles vive el arte. Viven los sueños creativos de escultores, pintores, bordadoras, diseñadores, músicos, fotógrafos o escritores. Entre otros. Algunos de ellos pusieron su granito de arena a una noche donde los museos brillan con luz especial. Si durante el año acumulan miles de visitas en esta noche todo se vuelve distinto. La noche de los Museos confiere al Casco Antiguo de Cieza un sentido plenamente museístico.
La torre de la iglesia siempre esta cual vigía pendiente de marcar el compás de nuestra vida. Mires por donde mires aparece la torre de la basílica, pero pocas veces puedes subir a ella y quedarte sin palabras al contemplar el atardecer que muere allá por el Almorchón. La noche de los Museos te permite eso, escuchar y sentir como es la vida en el campanario de la basílica. También te permite alcanzar tejas que siempre ves pero nunca piensas alcanzar. En el cielo de San Bartolomé se abre una ventana a uno de los conjuratorios más antiguos de nuestra región. Un regalo para los sentidos el poner a tus pies el Muro, pero si de regalos hablamos es necesario hablar del regalo para los sentidos que supone ver el arte sacro, grandioso, que la Casa Museo de la Semana Santa de Cieza atesora, un tesoro que parece de otra dimensión si de fondo una orquesta de flautas interpreta esa maravillosa composición que Piovani imaginó para aquella inolvidable película como lo fue ‘’La Vida es bella’’. Y es que la vida es bella en nuestras calles. La vida es bella a cada segundo y a cada abrir y cerrar de ojos. Ayer lo comentaba en el campanario de la basílica, vivimos en una tierra inigualable y plena de perfección. Igual caminas tranquilamente por las angostas calles del Casco Antiguo que igual llegas a San Sebastián y te encuentras un concierto de jazz y a unas falleras en un balcón saludando a la gente.
Todo es posible en Cieza, todo hasta trasladarte en pleno mes de mayo al espectáculo sin igual de la FLORACIÓN. Todo es posible en cada uno de los rincones de nuestra tierra querida. Todo es posible en la ciudad donde los sueños se cuentan por atardeceres en el Muro y amaneceres en la fértil huerta ciezana.
La Noche de los Museos sirve de pretexto para visitar nuestros museos, pero no se olviden que tenemos 365 días para deleitarnos en cada uno de los rincones de los museos ciezanos. Siyasa, Folclore, Semana Santa, San Bartolomé, Molino de Teodoro, Esparto o Efe Serrano te esperan. No los olvides.
Os espero en quince días, mientras sigo observando la vida.
