Seguro que lo que encabeza este artículo les suena. Seguro que han ido a algo de lo descrito en los últimos meses. Si han ido, es que ustedes están viviendo la vuelta de la cultura a nuestra bella tierra.

Cieza ha vuelto a disfrutar de la cultura en toda la amplitud de la palabra. Al trabajo de la Concejalía de Cultura, con Conchi a la cabeza, se han sumado las asociaciones con mayor peso en la sociedad ciezana: Junta de Hermandades Pasionarias y Fiestas del Escudo ‘’ La Invasión’’ junto a otras que son vitales en el día a día de Cieza. Después de tanto tiempo, volver a pisar el Capitol supone una alegría para todas aquellas personas que entienden la cultura como un modo de vida. Sin cultura no hay educación y, sin educación, no hay cultura. Es tan fácil como eso. Tan fácil como que nosotros, para ser un pueblo, tenemos una actividad cultural incuestionable e intachable. Una actividad cultural que, generalmente, ocupa el día que menos te lo esperas. Porque eso es la cultura, no esperar nada y tenerlo todo.

Terminó la feria y con ella ya tuvimos una vuelta a la normalidad. Las noches agosteñas se llenaron de música, teatro y monólogos y los meses actuales han seguido la tónica iniciada con los últimos retazos de otro estío más que se fue. Fíjense si siguen, que, próximamente, tendremos hasta una Feria de Tradiciones y esta noche se anuncia el que, parece, será el cartel anunciador del regreso de las procesiones a las calles de Cieza. Todo eso es cultura, aunque algún incrédulo tenga una listita monísima de la muerte sobre lo que, bajo su criterio, es cultura o no. Evidentemente cultura es todo aquello que nos ayuda a desconectar del día a día; cultura es todo aquello que nos permite emocionarnos, volar, llorar, soñar y reír a tumba abierta y, todo esto, es lo que está pasando estos meses en nuestras calles. La cultura ha vuelto a su lugar. Se acabó la tregua dada al bicho. La cultura ha vuelto a nuestro pueblo para, ojalá Dios lo quiera, ser un ciclón que no entiende ni de fechas, horas y lugares.

La cultura es nuestra, es del pueblo que la cosifica, que la defiende, que la busca, la lamenta, la encuentra y la glorifica en cada palmada, en cada carcajada y en cada paso dado. La cultura es nuestra y de nadie más que del espectador que paga, religiosamente, su ticket y, de esta manera, apoya a todo el entramado cultural que tan mal lo ha pasado durante estos meses; y es que, hace apenas un año, un trabajador del sector cultural, ciezano y muy majo él, coincidió conmigo una tarde otoñal haciendo fotos. Yo con mi dron, él con su futura mujer y su perro; en aquel momento me pedía trabajo amargamente, hoy vuelve a moverse entre las bambalinas del teatro y ha recuperado su lugar, el lugar del que nunca tuvo que irse. Su vuelta a su lugar es gracias al ticket que pagas; por eso, ciezana o ciezano, acude al Capitol, la Plaza de España, las calles de Cieza o allá donde haya un evento cultural programado. La cultura ha vuelto y vuelve para envolverte, acariciarte, provocarte un repeluco y decirte al oído que sin ti nada ha tenido sentido estos meses.

Pronto vendrá la Navidad y con ella volverán los Reyes Magos, la OJE, las bandas de música con sus tradicionales conciertos de fin de año y los particulares y asociaciones con sus belenes; pronto no habrá tiempo para respirar, la cultura nos engullirá, más todavía, y nos arrasará como el Sol cada amanecer. Como dijo Lope de Vega: ‘’quien lo probó lo sabe’’.