Bien, pues aquí estamos. Y como estamos aquí, en Cieza, no estaría de más que realizásemos un recorrido sobre lo que esta nueva temporada otoño-invierno-primavera puede traer a esta, nuestra ciudad. Vayamos por partes.
Problemas de Cieza: uno con solera, la limpieza de nuestras calles. Aunque hay que ser sinceros: la mejora del estado de nuestras vías ha sido notable. Es visible (o más bien invisible) que la suciedad en las calles de Cieza ha retrocedido de forma evidente. Las calzadas y aceras de Cieza ya no parecen el típico escenario de una película postapocalíptica, aunque hay lugares concretos en los que la limpieza deja aún mucho que desear. De cualquier forma la diferencia con años anteriores es evidente. Es de agradecer la diligencia del servicio municipal de limpieza en dejar las calles cada mañana en estado de revista, y también el mayor civismo de la ciudadanía a la hora de ensuciar menos las calles y de usar papeleras y contenedores para la misión a la que están destinados.
Más cuestiones pendientes. Una de especial importancia para la ciudad, como es la construcción del tantas veces y por tantas administraciones anunciado centro comercial. Al menos un servidor desconoce por completo cuál es el estado actual del proyecto y no estaría de más que la municipalidad informara del asunto, aunque no sea la directamente responsable de la construcción. Porque la posible importancia de esta iniciativa puede marcar el desarrollo del comercio de la localidad, e incluso de la comarca, en los próximos años.
Seguimos con otros asuntos. Por ejemplo, la posibilidad de la construcción de una (o varias) macrogranjas porcinas en el municipio. Aunque la decisión de rechazar cualquier instalación de este tipo tomada por el pleno municipal y el cambio en las ordenanzas municipales parecen alejar este riesgo, el futuro no aparece del todo claro, ya que en buena medida estas posibles (aunque por el momento improbables) macrogranjas no dependen tan solo del permiso del municipio, sino también del gobierno regional. Y ya sabemos por dónde van los tiros en esta institución.
¿Y qué decir del futuro de la Manzana del Cocodrilo? Ya he tratado el tema en otras ocasiones, pero no por ello deja de estar en el candelero del futuro del municipio. Es más, se oye a la gente por las calles, en corros y tertulias, hablar de ello con opiniones de diverso y a veces opuesto pelaje. Es de esperar que la decisión final se tome en este próximo curso político.
Más futuribles: ¿qué ocurrirá con las diversas fiestas de carácter municipal (Moros y Cristianos, Semana Santa) que están por celebrarse a lo largo del curso que ahora comienza? Pues es difícil decirlo. Las cosas parecen ir razonablemente bien a nivel de control de la pandemia, aunque ello no garantiza ni mucho menos la seguridad para dentro de unos meses. Lo que sí es cierto es que la celebración, con las naturales e imprescindibles precauciones, de las Ferias y Fiestas en agosto no ha tenido consecuencias negativas evidentes sobre la salud de la población en general, lo que es sin duda una buena noticia para que otras fiestas tengan por fin su oportunidad tras años de ostracismo.
¿Y qué va a ocurrir finalmente con la posible peatonalización de las calles más céntricas, y en especial del Paseo? No soy un experto en el tema, ni muchísimo menos. Lo que sé es que hay que ser muy cuidadosos con la decisión que se tome. A nivel medioambiental los vecinos de las calles peatonalizadas ganarán en calidad de vida y lo más probable es que el comercio y la hostelería de la zona se vea impulsados por la peatonalización de la zona centro. Pero también es necesario prever qué ocurrirá con los vehículos que se vean desplazados al no poder aparcar en estas nuevas calles peatonalizadas, dado que el aparcamiento en toda la zona central está ya más que saturado y las instalaciones existentes, es decir, los parkings y los garajes privados, no serían capaces de absorber la nueva demanda generada. Es decir, que la posible peatonalización debería ir acompañada de una nueva dotación de aparcamientos para los vecinos y visitantes de la zona.
Otro asunto de interés es la construcción del tan esperado como deseado Puente de El Ginete. Al menos yo desconozco cómo va el proyecto, aunque sí sé que al haber varias administraciones implicadas la cosa puede ir lenta y para largo. Sin embargo, y ojalá que así sea, podría equivocarme y resultar que en un plazo razonable el puente, tan necesario para buena parte de las explotaciones agrícolas del municipio, fuese una realidad.
Hay más obras importantes en curso, como la remodelación del estadio de La Arboleja, la de la plaza de San Juan Bosco o la del centro cultural Géneros de Punto y su auditorio Aurelio Guirao. Todas ellas finalizarán probablemente en este curso político. Otras, posiblemente, den comienzo antes de las próximas vacaciones veraniegas.
En fin; hasta aquí, un pequeño e incompleto resumen de lo que puede ser este año a nivel municipal en Cieza. Que sea para bien.
