Con un aforo reducido, y bajo unas estrictas medidas sanitarias y de seguridad, la Basílica de la Asunción acogía este jueves la presentación del libro ‘San Juan, San Juan…. Historia de la Cofradía de San Juan Evangelista’, edición que ha sido sufragada por los hermanos de la popular cofradía ciezana y realizado por el historiador Alfredo Marín Cano, profesor del Departamento de Geografía-Historia del IES Diego Tortosa y consabido investigador ciezano.
En realidad, El Discípulo Amado, que diría Francisco García Alcázar, nos guía con su reconocible silueta por múltiples aspectos del ayer de la localidad a lo largo de la Contemporaneidad. De este modo, se estudia el contexto general del mundo cofrade y el particular de San Juan durante el S.XIX, con especial atención a su mecenas y fundadora, doña Francisca de la Peña Aledo, así como a los integrantes de la hermandad, en su inmensa mayoría artesanos y comerciantes, a cuya cabeza se atiende a los cambios en su directiva: de los antiguos hidalgos a la eclosión de la burguesía espartera, representada por el banquero e industrial Juan López Gil.
Asimismo, la cofradía sirvió de referente social para un grupo socio-profesional muy particular: el de los médicos (desde Francisco de la Peña Quílez hasta don Julián Pérez Cano). Se trata, pues, de un análisis de los cambios sociales, políticos y económicos registrados en el ámbito cultural y religioso, en el que se transitó del modelo estamental antiguorregimental al burgués social de clase, constituyendo Cieza un verdadero laboratorio histórico de primer orden para comprender las transformaciones de la era decimonónica a la actual. Junto a la ya célebre remolacha sanjuanista, la nueva cofradía ciezana configuró la tradicional Traída de los Santos, constituyendo su afamada Orquesta una de las piezas musicales de gran notoriedad a escala regional.
A tal fin, la obra supone también un acercamiento a la historia de la música en nuestra localidad, pues tanto las primeras agrupaciones, como la Banda Municipal, estuvieron integradas mutuamente por los músicos de San Juan, cuyas biografías e indiscutible virtuosismo suenan armoniosamente entre sus páginas. En ellas, además, se da a conocer la autoría de San Juan en la persona del escultor Manuel López-Guillén y Soriano, un imaginero que hace posible que el nombre de Cieza resuene en otras semanas santas, como las de Madrid, Pozo Cañada o Ávila.
De esta guisa, la revalorización del patrimonio del conjunto de cofradías que componen la Junta de Hermandades ciezana se incrementa con el capital artístico sanjuanista, plasmándose en la catalogación de sus enseres y en el resto de imágenes, entre las que sobresale una de las mejores obras de Juan González Moreno: el Ecce Homo. Finalmente, una segunda mujer, Eugenia Ruano Blázquez, resulta ser pieza clave en la historia del más joven de los discípulos, pues a ella se deberá el encargo del trono de San Juan, un verdadero joyel salido de las manos de uno de los más reputados ebanistas nacionales de su época: José Izquierdo Mestres.
En definitiva, en aquella Atenas del Segura, la Cofradía de San Juan encarna al mundo cofrade ciezano de los últimos tiempos, erigiéndose ahora como la tercera más antigua de Cieza, convirtiéndose en fiel reflejo identitario de uno de los eventos de mayor relevancia de nuestra localidad: su Semana Santa declarada de Interés Turístico Nacional.
Al acto de presentación asistió, además del presidente de la cofradía, Antonio Lucas, el presidente de la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza, Joaquín Gómez; y la Concejala de Cultura, Melba Miñano.
