Para esta ocasión utilizó una cámara estereoscópica (o con dos objetivos) que captaba dos imágenes en una única placa de cristal desde posiciones ligeramente diferentes, generalmente correspondía con la distancia existente entre los ojos de una persona, para intentar recrear la impresión de profundidad.

Es en una de estas fotografías, todas realizadas sobre placas de cristal, donde se nos muestra un hermoso reloj de sol horizontal que se corresponde con los restos del que tuvo los jardines de la finca “El Menjú”. Analizando esta fotografía aportada en este artículo, observamos como el final de un camino recto nos lleva a una placeta o glorieta rodeada de un inmenso banco forrado de azulejos. En el centro de la misma se nos muestra el reloj solar que con forma de mesa circular, descansa sobre las figuras de seis individuos arrodillados (cuatro aparecen en la fotografía más otros dos ocultos) que sostienen sobre sus espaldas el reloj. Estos seres quizás representen los seis hijos del Dios griego del tiempo, llamado Cronos. Finalmente, todo este conjunto de esculturas queda recogido dentro de otro círculo mayor sobre el suelo, recubierto de azulejos y que actúa como cimiento o losa.

Visualizando el documental de la finca realizado en el año 1996 por el investigador D. Angel López Miñano, y que amablemente subió hace varios años a YouTube, podemos ver como el reloj y las esculturas ya habían desaparecido conservándose solamente su base o parte inferior (cimientos). Lo que sí pudo grabar son los fragmentos de los azulejos, que recubrían esa parte inferior, con sus colores, sus motivos florales y alegóricos así como las reseñas del fabricante. Gracias a este vídeo y estudiando su contenido podemos aportar que los azulejos fueron realizados en la fábrica llamada “Mensaque Rodríguez y Cia”, situada en la calle San Jacinto nº 93 (entre los años 1917-23 y en las instalaciones situadas en lo que fue un antiguo convento desamortizado) del barrio de Triana, en Sevilla.

Actualmente de este reloj solamente se conservan los restos de su cimentación y algún pequeño fragmento de los bonitos azulejos sevillanos, realizados a mano, que lo recubría. Como curiosidad debo indicar, que a fecha de hoy y en el parque María Luisa de Sevilla se conserva, aunque restaurado y falto de las esculturas decorativas originales de elefantes, un reloj similar en tamaño al de “El Menjú” y que fue creado como elemento decorativo de sus jardines durante la Exposición Universal Iberoamericana del año 1929.

Antiguamente los relojes de sol fueron un importante elemento arquitectónico en lugares públicos y privados de cierta notoriedad. Muchas fachadas y jardines lucían orgullosos sus relojes que iban desde los diseños sencillos y prácticos hasta los más completos y elegantes del momento que mostraban la suntuosidad del lugar o deseos del propietario. Es en la finca del Menjú dónde se colocó un reloj de estas últimas características para disfrute de su propietario, familia y amistades de la alta sociedad de la época. Si leemos un breve resumen de la biografía de D. Joaquín Payá López de Amézola, entonces propietario de la finca y quién la diseñó, no nos debe sorprender la elección de este enclave natural para desarrollar en esta finca señorial un proyecto culto a la vez que moderno. D. Joaquín fue Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, Doctor en Derecho por la Universidad de la Sorbona de París, Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Bolonia, diplomático, empresario, banquero, político, vocal del Real Patronato del Museo del Prado y coleccionista de arte.

De la lectura de su currículum anterior, extraído de la web del Museo del Prado, vemos como D. Joaquín fue una persona muy culta y con la suficiente capacidad para personificar en esta finca un paraíso para los sentidos, el intelecto y el desarrollo económico de las poblaciones colindantes. Todo este conocimiento lo combinó y enriqueció en el paraje natural del Menjú mediante:

- La potenciación y desarrollo de un proyecto industrial y moderno, la “fábrica de luz”.

- Junto a la belleza y el trabajo de ingeniería, paisajístico y escultórico que debieron ser la recreación de un jardín clásico en pleno siglo XX: con sus diferentes fuentes, sus canales de agua y puentes, sus largos paseos ribereños entre una vegetación frondosa y con una arboleda propias de un jardín botánico, su selección de esculturas clásicas repartidas sobre sus pedestales entre los jardines y panterre, sus placetas e hileras de columnas en mármol, su estanque de agua principal dedicado a la ninfa Aretusa…y su placeta dominada por un reloj solar.

Todo ello debió ser muy meditado y con sabiduría, pues nada dejó al azar.

Principales fuentes documentales y visuales utilizadas:

- Documental de la finca realizado por D. Angel López Miñano, investigador de nuestras tradiciones y patrimonio olvidado, en el año 1996 y que amablemente subió su contenido para compartirlo en YouTube.

- Placa de cristal estereoscópico del reloj de sol. Colección particular del autor.

- www.museodelprado.es. Currículum de D. Joaquín Payá.

- www.retabloceramico.net